INSTITUCIÓN
EDUCATIVA BARTOLOME LOBOGUERRERO |
|||
ÁREA:
CIENCIAS SOCIALES |
|||
DOCENTES |
LUCIO BOLAÑOS
CLARENA COBO |
GRADOS: NOVENOS- MAÑANA Y TARDE |
|
FECHAS: |
RECIBIDA |
ENTREGA |
|
TEMAS: |
ECONOMÍA DE TIEMPOS DE PANDEMIA ¿ES RENTABLE MANTENER UNA HUERTA CASERA, EN
TIEMPOS DE PANDEMIA? |
||
NOMBRE DEL ESTUDIANTE |
|
||
PROBLEMÁTICA:
consecuencia de la pandemia en las diferentes esferas del ser humano y las la
forma de enfrentarlas
OBJETIVOS
MISIONALES:
1.
Promover en los estudiantes el pensamiento crítico, que les permita generar un
análisis integran, desde diferentes dimensiones del ser humano
2.
Fomentar el emprendimiento a través de proyectos pedagógicos transversales que
respondan a solucionar problemáticas reales.
Esta
guía es resultado de un trabajo transdisciplinar de nuestra institución con el
propósito de dar respuesta a la flexibilización curricular que propone el MEN.
La primera página presenta algunos objetivos, que se abordan el trabajo
transdisciplinar y la forma en la que debes desarrollar y entregar el trabajo
que realices en las distintas áreas. La segunda página presenta una lectura o
situación real que será tomada como referente para el planteamiento de las
actividades y a partir de la tercera página, comienza el trabajo propuesto o
actividades por asignaturas.
RECOMENDACIONES
· Escriba sus nombres, apellidos, su documento de identidad y su grado completo
y legible en cada una de las asignaturas si va a entregar las guías físicamente
en las hojas en las que fueron desarrolladas · Primero, lea toda la guía antes
de empezar a realizar cualquier actividad. · Recuerde enviar su trabajo a los
correos de los docentes de cada una de las áreas y jornada correspondiente. ·
Puede dirigirse a los correos indicados en la página principal para aclarar
cualquier duda que tenga o consulte con algún compañero que tenga la
posibilidad de hacerlo. · En el blog de clase que aparece en la página
principal encuentra indicaciones sobre este módulo de guías articuladas ·
Organice su tiempo para cumplir con la fecha de entrega. Asegúrese de
desarrollar todas las actividades y entregarlas en hojas independientes por
área.
Teniendo
en cuenta la situación actual del mundo de crisis social, económica, política y
ambiental realice la siguiente lectura y responda las preguntas de cada una de
las asignaturas o áreas a, con el propósito de generar el desarrollo de los
conocimientos y sus propias reflexiones, desarrollando las competencias de
análisis crítico de la realidad.
LECTURA
ECONOMÍA DE TIEMPOS DE PANDEMIA
Antonia Díaz 13-03-2020
https://nadaesgratis.es/luis-puch/economia-de-tiempos-de-pandemia
Un evento tan trágico e inesperado como el rápido contagio de miles de personas en todo el mundo (y, desgraciadamente, la muerte de muchos, ¡terrible!) está consiguiendo que nuestras economías se tambaleen. Los acontecimientos se desarrollan con tal rapidez que las cifras de afectados van cambiando hora a hora. La OMS ya ha anunciado que nos enfrentamos a una pandemia. Sin inmunización previa, ni vacunas ni retrovirales, por el momento, nuestra única forma de prevención es mucha higiene, y más responsabilidad aún para evitar los contagios.
Este
es un caso donde hay una clarísima externalidad negativa y donde la
coordinación en las respuestas, gestionada por los poderes públicos, es
imprescindible para poder salir de esta crisis económica, que ya está aquí.
Actualmente nuestros gobiernos están tomando medidas severas para prevenir
contagios (teletrabajo, limitación de la posibilidad de viajar, prohibición de
aglomeraciones). El objetivo fundamental, como tanto se está insistiendo desde
la Administración Pública y los medios de comunicación, es que el sistema de
Sanidad no colapse: para ello, el flujo de infectados en un momento dado no
puede ser desorbitado.
De ahí
la necesidad de observar estrictamente las medidas de prevención, aislamiento y
distancia social. Por ejemplo, la estrategia de Corea del Sur para monitorizar
a los potenciales enfermos vía App a la vez que haciendo chequeos masivos a la
población en espacios públicos abiertos habilitados al efecto, en vez de casa
por casa o en hospitales y, con ello mitigar contagios y colapsos, ha sido
tremendamente exitosa. Deberíamos aprender de ellos. En cualquier caso, la
distancia social es fundamental para disminuir la tasa de crecimiento de los
contagios.
Esta
crisis nos está recordando que nuestra sociedad, tan individualista, está más
interconectada que nunca. Nuestra vida de ocio y cultural, a pesar de las
plataformas digitales, sigue siendo fundamentalmente social: cines, conciertos,
museos, estadios. ¡Iglesias! Incluso la forma en que ha cambiado el sector
servicios, con grandes centros comerciales a los que acuden miles de personas,
favorece el contagio masivo. El turismo es un excelente mecanismo de
propagación. El que podamos estar en menos de cuatro horas en Berlín, París,
Viena, Milán, facilita inmensamente la infección. A pesar de las impresoras 3D,
aún la producción de manufacturas sigue haciéndose en plantas donde muchas
personas trabajan codo con codo. En suma, la especialización productiva y los
rendimientos crecientes a escala (sin tener en cuenta la huella climática, pero
esa es otra cuestión), con todos sus beneficios, nos agrupan, nos interconectan.
Nos hacen a todos más vulnerables a lo que le ocurra a cada uno de nosotros.
Pues
bien, aquello que tenemos que hacer para limitar que la infección se expanda
implica, necesariamente, una ralentización económica. Una cuestión muy
importante es cuánto tiempo tenemos que mantener estas medidas disruptivas de
la actividad económica. No lo sabemos, aunque hay algunas estimaciones al
respecto de las que se hablará en otro post. Unas semanas de interrupción en un
sector tan estacional como el turismo, abre un roto importante en nuestra
economía. Si el shock pandémico es finalmente transitorio afectará mucho a una
parte relativamente pequeña de la economía. Si fuera este el caso, el pánico
observado en los mercados estos días convierte a los responsables del mismo en
auténticos irresponsables. Si, por el contrario, los efectos del shock son
duraderos, la acción pública es determinante.
La
cuestión es que, por prevención, para no exponernos al contagio, o porque ya
estemos enfermos, ni podemos producir ni podemos consumir. Al no poder producir
ni consumir no se puede vender ni generar beneficios. Las empresas,
lógicamente, quieren despedir trabajadores para reducir costes. Los plazos de
los créditos vencen aunque no se pueda trabajar. Los alquileres hay que
pagarlos. No solo eso; cuando la economía real está paralizada, la economía
financiera carece de ancla real (los beneficios de las empresas cotizadas) y se
mueve exclusivamente por expectativas, que en estos tiempos pueden ser
delirantes. De ahí que la Bolsa de Nueva York suspendiera temporalmente la
cotización y que ese cierre aguara el festín de pánico que se estaban dando los
bajistas.
Y,
finalmente, la cuestión es qué hacer. La respuesta la llamamos los economistas
risk sharing. Podría parecer que este shock es de naturaleza sistémica, y en
parte lo es. Sin embargo, este shock afecta de manera distinta a distintos
sectores: pensemos en los sectores de la alimentación o de las
telecomunicaciones frente a la hostelería y el transporte aéreo. Más aún, afecta
distinto a deudores y a prestamistas, a los dueños de grandes empresas frente
al dueño de una pyme, o al trabajador de un banco y a un funcionario frente al
trabajador de un centro comercial. Risk sharing es solidaridad: hoy por ti y
mañana por mí. El refrán popular nos dice que el risk sharing, por propia
naturaleza, es dinámico. Nos conviene que no haya pérdidas de tejido productivo
aunque el virus no nos afecte directamente hoy. Se trata de solidaridad
pecuniaria, claro, que es la que importa. Queremos enfatizar lo dicho arriba:
esta es una crisis generada por una enfermedad contagiosa, es una externalidad
negativa. Por tanto, las acciones de los agentes privados, dirigidas a
maximizar beneficios, no van a internalizar el coste social de esas acciones.
En una situación de este tipo cada ciudadano o empresa se enfrenta a un “dilema
del prisionero”. La Teoría Económica nos dice que, en ausencia de coordinación,
cuando la acción de cada agente tiene consecuencias sobre el otro, la
asignación de equilibrio es ineficiente porque los agentes maximizadores de
beneficios no cooperan. El dilema del prisionero muestra que esos mismos
ciudadanos estarían mejor si alguien les sometiera a coordinación. Y, aunque
sea de Perogrullo, la Administración Pública debe coordinar. Debe liderar.
Tanto más cuanta más artillería tiene.
La
primera medida es que toda la información sobre la enfermedad debe estar
accesible de forma centralizada y sencilla para los ciudadanos. Los que
enferman y los que sanan. Eso solo puede hacerlo el Ministerio de Sanidad. Luz
y taquígrafos es la mejor medicina contra el miedo y las conductas de pánico
(las escenas de gente comprando compulsivamente papel higiénico y pasta son el
equivalente sanitario de un pánico bancario). Todo el sistema sanitario,
público y privado, debe estar al servicio de
contener
la pandemia. Las compañías sanitarias privadas deben ceder sus hospitales y
camas a la Sanidad Pública, así como hacer chequeos gratuitos (ya se verá si la
Administración, –es decir, todos– puede compensarles). Idealmente, nos gustaría
copiar el sistema de tests diagnósticos masivos de Corea del Sur, pero lleva
tiempo. Como hace Corea del Sur, hay que racionar la compra de mascarillas por
parte de los ciudadanos. También hay que limitar su precio. Son artículos de
primerísima necesidad hasta que termine esta emergencia. No se puede hacer
negocio con la enfermedad. Simultáneamente, hay que contratar a más
profesionales, es una emergencia. La prioridad es sostener el sistema
sanitario.
La
segunda medida fundamental, al menos desde la óptica de los economistas, es
sostener la producción. Antes de cerrar los servicios, como en Lombardía, puede
explorarse subir el IVA, temporalmente, a aquellas actividades que lleven a la
aglomeración y así desincentivar su consumo (tanto más justificado cuanto menos
populares sean dichas actividades). El gobierno ya está tomando medidas
asimilando las cuarentenas a bajas por accidentes laborales. Pero hay que tener
un plan global. Para ello debe estar muy claro que esta no es una crisis como
en 2008. Esta crisis se debe a que tenemos que paralizar la economía real para
frenar los contagios. Y mientras que la economía real esté parada, la economía
financiera no puede seguir al albur de las expectativas. Aunque la economía financiera
no tuvo disciplina en el 2008 nos parece que este, sin duda, es el momento para
que la tenga y, para que quien tiene la autoridad para exigírsela, lo haga.
Debemos
tener claro que esta es una crisis de liquidez. Cuando una buena parte del país
echa el cierre en agosto no pasa nada. Y no pasa nada porque es algo
planificado. Coordinado. Esta crisis no es un desastre natural. No se incendian
los bosques, la fuerza del agua no se traga las carreteras, no se caen las
viviendas ni las factorías por un terremoto. Nuestro potencial productivo sigue
intacto. Las muertes, aunque todas trágicas, no amenazan nuestra economía. Es
la conjunción de parálisis productiva e hiperactividad financiera lo que
amenaza la economía si no hay coordinación. Hay que contener la economía
financiera mientras que la real no se recupere. Mientras que la pandemia no se
controle, la mayoría de actividades financieras y decisiones de empleo deben
ser supervisadas.
Hay
que hacer una moratoria financiera para los sectores más golpeados por las
medidas encaminadas a frenar el contagio. Nos referimos a los sectores de
turismo, comercio (presencial, no online), transporte aéreo… Se trata de una
moratoria para las decisiones de despido, para los vencimientos de todo tipo de
créditos (en las empresas pequeñas y medianas, especialmente). Los bancos deben
extender los créditos que puedan vencer en los próximos tres meses, por
ejemplo, de acuerdo con la previsión actual de efectos. Hay que abrir líneas de
crédito a las empresas bajo la condición de que no despidan a trabajadores y en
función del Impuesto sobre Sociedades que hayan venido pagando, o que vayan a
pagar en el futuro gracias a las ayudas. La crisis financiera debería haber
servido para completar mercados; es decir, para contribuir a mejorar las
condiciones en las que los órganos supervisores y la Justicia distinguen la
mala suerte (el shock) de la mala fe. Lamentablemente, en este asunto no parece
que se haya avanzado demasiado, por lo que lo más prioritario puede ser no
convertir “ayudas justificadas” en un “free lunch.” Pero sí, se trata de evitar
las quiebras.
Los
tipos de interés no deben subir. Los sindicatos y la patronal deben actuar. Los
agentes sociales tienen que sentarse y decidir para cada tipo de empresa cuál
es la mejor solución. Hoy ha aparecido una primera propuesta. Nosotros creemos
que, si las empresas pueden mantener las nóminas, deben hacerlo y lo que no se
trabaje ahora se puede devolver en el futuro. Como siempre, las empresas
grandes serán capaces de resistir mejor el envite. Hay que aguantar el empleo
en las pequeñas y medianas empresas. Hay que imponer una moratoria a los
desahucios, a los vencimientos de préstamos a las familias y asistir a los más
vulnerables. Hay que decidir, en fin, cuál puede ser la contribución del Sector
Público, y con ello, de los empleados públicos, para sostener al Sector
Privado. Siempre empezando por los que parten en posición más favorecida. Las
medidas que acaba de anunciar el Presidente del Gobierno (hoy, jueves 12 de
marzo) van en esta dirección pero aún nos parecen tímidas.
Hay
que pedir a la Comisión Nacional del Mercado de Valores y al Banco de España
que vigilen a la Bolsa y al sector financiero para evitar episodios de
“depresión irracional” como hizo la Bolsa de Nueva York. En concreto, hay que
limitar las “ventas en corto” (préstame tus acciones –ayer, que te las devuelvo
mañana cuando valgan la mitad), y evitar que los tiburones financieros hagan
caja a costa de las primas de riesgo cuando, con buenas palabras, el Eurogrupo
relaje los requisitos de límite de déficit. Esto es fundamental. Todas estas
medidas necesitan liquidez. Las medidas que acaba de anunciar el gobierno, con
la moratoria en el pago de impuestos anunciada, necesariamente van a afectar a
las cuentas públicas. Hay que pedir una moratoria a la EU para cumplir la regla
del déficit. El Banco Central Europeo debe facilitar la liquidez necesaria para
que los gobiernos de cada país puedan actuar sobre los sectores productivos más
perjudicados por la crisis. Roberto Perli en Twitter hace un listado muy
interesante de medidas que el BCE puede llevar a cabo. En particular, queremos
resaltar la propuesta de dar avales a las pequeñas y medianas empresas para
obtener líneas de créditos. Como indica Roberto Perli, necesitamos un
“Quantitative Easing”, pero este debe ser selectivo porque no todos los
sectores productivos están igualmente afectados. Recordemos que es el tejido
productivo lo que está en peligro, no el sistema financiero. Y lo necesitamos
ya. ¿Qué podemos hacer sin contar con la UE? Las declaraciones recientes de
Lagarde diciendo que no van a tocar los tipos son muy elocuentes: le pasa la
patata caliente a los gobiernos y a la política fiscal para evitar que aumenten
las primas de riesgo. Pero la UE se niega a la actuación fiscal conjunta por
ahora. Mientras que escribimos este post ha saltado la noticia de que España,
en la persona de la vicepresidenta Nadia Calviño, ha rechazado el plan que
pedían Francia e Italia de estímulos fiscales argumentando que el Banco Europeo
de inversiones puede canalizar las ayudas necesarias en estos momentos. Sería
bueno que el Gobierno explicara su posición para saber a qué atenernos, pero
todo apunta a que se está jugando una partida complicada.
El FMI
nos recomienda subir impuestos. Tendremos que hacerlo. En particular, hay que
subir impuestos a las grandes empresas (que disponen de más colateral para
vadear la pandemia), algunas en sectores que pueden salir incluso beneficiados
de esta crisis. Es el momento, por ejemplo, de gravar a las grandes
tecnológicas. Y hay que hacerlo ya. Existen dos razones poderosas para pedirles
que paguen más impuestos. La primera es que esta pandemia afecta a sus
competidores más que a ellos. Casi nadie puede ir al cine (bueno para Netflix).
Nadie quiere ir a un centro comercial a comprar (bueno para Amazon). Es decir,
el coronavirus es un arma de competencia desleal. Las grandes tecnológicas
deben contribuir por ese maná que reciben en estos tiempos de pandemia. La
segunda razón es que su posición dominante es tal, que impiden la competencia
de manera expedita al comprarse a quien se atreve a asomar la nariz por su
mercado (digital, claro). Es una cuestión de la Comisión Nacional de los
Mercados y la Competencia (¿europea? ¿mundial?). Hay que pedirles su
colaboración. Y dedicar esos recursos a aumentar los ingresos del Estado.
En
definitiva, hay que actuar con rapidez y determinación. Hay que convencer a
todos los socios de la Unión Europea para llevar a cabo una respuesta
coordinada, pero sin dejar de actuar en los mercados mientras tanto. Hay que
convencerles que hay que hacer risk sharing. Hay que convencerles de que todos
ganamos. Porque si no lo hacemos, nuestra confianza en la Unión Europea se
hundirá. Y una institución no puede sobrevivir sin la confianza de sus
ciudadanos. Sabremos si llegamos tarde mirando lo que ocurra en Italia.
ACTIVIDADES
Realice la correspondiente
lectura para que pueda desarrollar correctamente los siguientes puntos:
Haga uso de su diccionario o de
otro cualquier medio para que le quede fácil el desarrollo de ésta guía.
1. Por
qué esta pandemia en la cual estamos sumergidos que afecta nuestras vidas y
demás actividades es un evento trágico? Argumenta tu respuesta
2. Cual
crees que sea una manera más eficaz de nuestro gobierno para salir de ésta
crisis económica causada por la pandemia?
3. Cómo
han influido los medios de comunicación para poder afrontar los rigores de ésta
pandemia?
4. Crees
que la distancia social es fundamental para disminuir la tasa de crecimiento de
los contagios? Por que?
5. “ésta
crisis nos está reconociendo que nuestra sociedad tan individualista, está más
interconectada que nunca” interpreta la anterior afirmación
6. A
qué se debe que esta pandemia no hace a todos más vulnerables a lo que le
ocurra a cada uno de nosotros?
7. Anota
las razones por las cuales se dice que ésta crisis no es un desastre natural y
que significa la hiperactividad financiera?
8. Consulta
las características de la primera guerra mundial (causas, consecuencias,
bandos, etc.)
9. A
qué llamamos Estado y por qué en Colombia se habla de un Estado Social de
Derecho?
10. Consulta
las funciones de: la OMS, el BCE, la UE, y el FMI.
11. Consulta
las biografías de: Nicolás Maquiavelo, Tomas Hobbes, John Locke, Jean Jacques
Rousseau, Karl Marx y Antonio Gramsci.
El desarrollo
de la presente guía debes enviarlo al siguiente correo:
d.blg.lucio.bolanos@cali.edu.co
No hay comentarios:
Publicar un comentario